20.9.13

Glosario científico-sentimental.

La herida.
Zona, habitualmente protegida, que se encuentra vulnerablemente expuesta.
Mil motivos originan su existencia; aunque aquellas que te provocan desde fuera, son más dañinas, que las que tú mismo te causas.
Sangran, para hacer resaltar su presencia, para que no olvides que están ahí.
Sensible a cualquier tacto o mínimo roce.
Posiblemente infectables y empeorables; origen de situaciones aún más insostenibles. 
Graves según la profundidad. 
Incurables en algunas ocasiones.
Irremediable la atención constante y el cuidado.

Los puntos.
Hilo y aguja; única solución ante heridas abiertas.
Duelen y no tienen buena apariencia.
Los aceptamos como último recurso, pero lo recibimos como cuerpo extraño del cual, en cualquiera de los casos, nos queremos deshacer lo antes posible.
Asusta pensar que una aguja va a entrar y salir sin avisar en un lugar -aleatorio- afectado y dolorido de nuestro cuerpo.
Aun así ¿qué remedio? si una vez abierta la herida, esta no piensa dejar de sangrar y doler hasta que tú decidas clausurarla.
Se tapan; por si acaso deciden desaparecer o para que no puedan ser vistos. 
Pero no hay otra manera; puntos.

La cicatriz.
Resultado satisfactorio en según qué momentos.
Significa que la herida está en la última fase de la recuperación.
Recordatorio constante de un pasado inolvidable.
Perpetua; imborrable. 
Se difumina despacio con el paso del tiempo; tanto que hasta quizás consigas ignorar su existencia, hasta que un día cualquiera, explorándote, te la encuentras y de nuevo la recuerdas.

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