No hay paz sin guerra y ahora estoy librando una de las batallas más importantes de la historia contra el tiempo, la distancia y la ausencia. Lucho para obtener lo que se espera obtener en todas las guerras: la paz. Y juro que lucho cada día desde que abro los ojos hasta que vuelvo a la cama a no poder cerrarlos. La dificultad de esto es que lucho contra aquello que necesito y no es fácil depender de tu contrincante. Pero estoy tranquila, por una vez en mi vida he aceptado que no sé si lo que hago está bien, pero lo hago porque es lo que me dice el corazón y eso siempre será lo correcto. Sigo andando a pesar de las dificultades porque sé que fuese fácil de encontrar no merecería la pena buscarlo.
Alguien me dijo una vez: "espero que encuentres la paz".
Yo también lo espero.
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