Caminaba descalza por el pasillo, recorriéndolo tantas veces como fuera necesario. Había recibido noticias suyas, y no precisamente buenas. Estaba desconcertada, aunque no sentía dolor y eso le tranquilizaba. Siempre había sabido que no era de aquellos que saben comportarse, pero nunca pensó que se fuera a delatar de aquella manera. 'Hay formas y formas' le decía su madre. Y ese había sido uno de sus fallos, esos que siempre intentó que él cambiara. Pensó que tampoco era tan horrible, al fin de cuentas ella también lo había hecho; no eran necesarias las explicaciones y quedaba prohibido no seguir adelante. Salió a la terraza para encender un cigarro. Su móvil sonó, era ella, la que siempre estaba.
- Ya lo has visto ¿no? como él quería.
- Ya lo he visto. No pasa nada.
- Afortunadamente no. Al menos tú has sabido comportarte siempre, hasta cuando no tenías por qué hacerlo. Tienes esos toques justos de respeto, elegancia e inteligencia. No tienes nada que demostrar ni que temer; eso y el haber aprendido la inutilidad del orgullo, te han hecho siempre distinta. Eres una receta completa.
- Ya solo necesito que me enseñen a olvidar.
- Bueno, como tú siempre has dicho 'No se olvida, se aprende a vivir sin'.
- Eso mismo. Y tampoco estaría mal saber cómo se reconstruye un corazón. Es incomprensible pensar que lo he estado usando durante todo este tiempo aún sabiendo que estaba destrozado desde mucho antes.
- Tu problema es que tienes un corazón enorme. ¿Y sabes qué es lo malo de tener un corazón tan grande? que puedes haberte enamorado 100 veces y seguir teniéndolo roto desde aquella primera vez.
- A veces lo siento tan pequeño que me asusto. Solo quiero que sane, pero ha pasado más de un año y ni se inmuta.
- Déjalo respirar. Ni si quiera pienses que está ahí dentro. No le trates como si fuera algo imprescindible para tu cuerpo. No le molestes. Tan solo deja que funcione, quizás con el tiempo se cierren las grietas. Recuerda que las heridas se infectan si las tocas. Y una infección es como volver a empezar.
Siempre andamos con el temor de que no queremos olvidar, pero de lo que no nos damos cuenta es, de que lo que más duele, es recordar.
ResponderEliminarSimplemente genial...
Me parece un relato muy natural y profundo, suelo escribir de.ese.tipo.de temas aunque a veces peco de monotematico jajaj por.cierto buena.forma de.llamar a.la.mujer "bruja con tacon de aguja" jaja.
ResponderEliminarEs increíble, nunca había visto tanta belleza en forma de palabras, y mira que lo intento. Lo bonito no es solo como coges cuatro nombres los compañas de sus respectivos determinantes y empiezas a dejarte llevar en forma de párrafos, lo bonito es que escribes con el alma, que haces magia con las palabras, que inspiras y que haces soñar, y usas las palabras para dejar a los que te leen sin ellas, algo precioso desde mi humilde opinion.
ResponderEliminarUn beso :D
PD: podrías pasarte por este blog, a ver que te parece (; cpilotodesonrisas.blogspot.com