Una despedida es como un intento de suicidio;
sabes que será un fracaso,
pero por un segundo realmente llegas a creer que puedes morir.
Y en ese tiempo de pensar que te esfumas,
entonces le ves
y prefieres vivir.
Y prefieres decírselos, a escribir
los veinticien por qués
y hacérselos creer.
Y entonces le besas;
de esos besos de este es el último hasta el próximo,
de voy a gastarle los labios por si acaso;
y lo hago en defensa propia.
Y te debates entre un hasta luego,
sin saber exáctamente qué significa eso;
o un hasta pronto,
aunque pronto sean mil años luz.
Pero cualquier palabra es mejor
que decir adiós,
porque esa es la única que le permite a alguien
marcharse y no volver.
Y es que esta despedida ha sido como un intento de suicidio;
en el que el único motivo,
es sentir que quizás irse pasa siempre
es mejor que irse un tiempo
pero sin él.
Increíble, como siempre.
ResponderEliminarGracias por volver.
Es precioso. Tan precioso como cierto. Encaja con los sentimientos a la perfección. Gracias mimi
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